Ayunos y prisiones: el éxito de la resistencia pasiva


Así las cosas, organizóse una asamblea, y ante la resistencia del gobierno, en diciembre de 1929 el Comité Ejecutivo del Congreso Nacional Hindú, celebrado en Lahore, aprobó una moción de Gandhi según la cual había prescrito el plan Nehru de Estado-Dominio, y había llegado el momento de luchar por la independencia total. El gobierno británico resolvió entonces ordenar el encarcelamiento de Gandhi. Éste, en compañía de ochenta voluntarios, inició el 1 de marzo su marcha a pie a través de doscientas millas, desde su morada, próxima a Ahmedabad, hasta Dandi, aldea situada en las proximidades del mar; en su viaje exhortó a millones de personas que corrían a su encuentro en busca de directivas, para que abandonaran sus puestos y paralizaran así la administración y la vida del país.

Una vez llegado al mar, Gandhi comenzó a extraer sal, en contravención de las leyes británicas. La multitud lo imitó, y la policía detuvo al Mahatma, y lo internó en Poona, pero lo puso en libertad poco después a fin de que pudiera concurrir a la Conferencia de Mesa Redonda, programada por el gobierno británico para tratar los asuntos hindúes.

Después de haber sufrido una nueva prisión en 1933, Gandhi renunció en 1934 a la dirección política del congreso, que quedó en manos de Nehru, a través de quien continuó ejerciendo la dirección espiritual de su pueblo.

Retornó a la lucha en 1942 para combatir las propuestas del primer ministro británico, y el Congreso Nacional, siguiendo su consejo, aprobó una resolución por la cual se invitaba a los ingleses a abandonar la India. Detenido nuevamente, inicia un “ayuno hasta la muerte”, que suspende después de tres semanas, cuando Gran Bretaña aceptó sus condiciones y lo puso en libertad, juntamente con todos los dirigentes del Congreso también encarcelados.

El 13 de enero de 1948 inicia un nuevo y último “ayuno hasta la muerte”, destinado a detener el conflicto sangriento en que se debatía la India, a raíz de la lucha entre Pakistán, o India musulmana del Norte, y la India meridional. El 30 de ese mismo mes, en su residencia de Birle House, en los alrededores de Nueva Delhi, cayó víctima de las balas de un nacionalista exaltado, precisamente cuando la India estaba en vísperas de conseguir aquello que fuera el objetivo de toda su vida: la total independencia.