ADMIRABLE RASGO DE AMOR FILIAL


Célevre es el joven corso que "permaneció" sobre cubierta, mientras el buque ardía.

Llamábase Jacobo Jocante Casabianca, e iba en el Oriente, buque almirante que mandaba su padre, juntamente con la flota francesa reunida por Napoleón para invadir Egipto.

En la tarde del 1° de Agosto de 1798, el almirante inglés Nelson se había hecho a la vela para atacar a los navíos franceses que se hallaban en Abukir, y algunos buques ingleses introduciéndose entre los franceses y la costa, cogieron a éstos entre dos fuegos.

Los cañones ingleses estuvieron apuntando durante horas enteras al "Oriente", el mejor buque de la armada, disparando contra él incesantes andanadas; pero todavía ondeaba la bandera francesa en la almirante hasta que el fuego mortífero de la Vanguardia de Nelson, hirió al capitán e incendió el buque. Los marineros tuvieron que ir retrocediendo palmo a palmo, a medida que las llamas avanzaban, viéndose obligados a abandonar uno a uno los cañones.

Entonces el padre de Casabianca, mortalmente herido, pero todavía en su puesto en el castillo de popa, dio su última orden a los leales defensores del navío, diciéndoles que lo abandonasen.

Suplicándole que se salvase con ellos, se arrojaron al agua, de la que muchos fueron recogidos por los ingleses. Ocurría esto entre nueve y diez de la noche; las llamas avanzaban sin cesar, y Casabianca continuaba rogando a su padre que saltase al agua con él. Pero el capitán se negó a abandonar el buque, recomendando a su hijo que se pusiera en salvo. ¡Dejar el hijo al padre! ¡Nunca! Semejante acción era imposible para Casabianca; moriría gustoso con él.

Ambos permanecieron serenos, cogidos de las manos, mientras las llamas salían cada vez con más furia de las troneras, continuando implacables su destructora labor.

Al fin, llegó la catástrofe; con explosión estruendosa, el navío incendiado se hundió para siempre bajo las azules aguas del Mediterráneo.