Presumido como Narciso


La Naturaleza había dotado a Narciso de extraordinaria belleza física. Sus padres trataron de conocer su porvenir por intermedio del célebre adivino tebano Tiresias, v éste auguró que “Narciso viviría todo el tiempo que no se mirase a sí mismo”. Rieron aquellos de la donosa ocurrencia del ciego oráculo; pero más adelante hubieron de rendirse a la exactitud de la profecía, pues, insensible el mancebo al amor que su gran belleza inspirara a la ninfa Eco, que murió de sentimiento al verse desde, fiada, la severa Némesis resolvió castigarlo y, para ello, le hizo advertir su figura en un manantial, quedando hasta tal extremo enamorado Narciso de sí mismo, que allí pereció de inanición por no dejar de contemplarse. “Presumido como Narciso”, dícese tanto de aquel que se preocupa demasiado de su apariencia y elegancia, o se cree galán y hermoso, como del enamorado de sí mismo o de sus obras.