Estar entre Escila y Caribdis


Escila, “la que desgarra”, v Caribdis, “la que devora”, fueron en los tiempos mitológicos los nombres de una roca y un remolino, respectivamente, situados entre Italia y Sicilia. En el escollo, próximo a la península, existía una caverna habitada por Escila o Scila, monstruo de doce garras, seis cuellos e igual número de horribles cabezas, cuyas bocas estaban provistas de tres hileras de dientes. El remolino opuesto, llamado Calofaro por los geógrafos modernos, servía de vivienda al engendro Caribdis, cuya única misión era engullir tres veces al día las aguas del mar y otras tantas devolverlas. Esta expresión figurada, que explica la situación del que no puede evitar un peligro sin caer en otro, úsase por alusión a los dos temibles obstáculos que dificultaban el paso a través del estrecho de Mesina.


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