La corneja sedienta


Quería beber una corneja sedienta en un cántaro que encontró cerca de un pozo, pero con tan poca agua que apenas alcanzaba a ella con el pico. No obstante, discurrió un medio, y consistió en ir echando piedrecitas dentro del cántaro, llevándolas con el pico, y así el agua subió y pudo beber sin dificultad alguna.

Más pueden el arte y el ingenio que la fuerza.


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