El tigre y el viajero


Un tigre, demasiado viejo para buscarse el alimento, decidió ocultarse en el bosque, y a cuantos transitaban por él, les gritaba que se acercasen para recibir gratis un precioso brazalete.

Acertó a pasar un caminante, joven codicioso en alto grado, que se aproximó preguntando dónde se hallaba el brazalete, pues deseaba verlo. Entonces el tigre sacó una de sus patas por entre las hierbas mostrando el dibujo de su hermosa piel; acercóse el joven codicioso para agarrarlo, pero se halló instantáneamente metido hasta la cintura en un charco cenagoso, que no pudo ver antes por taparlo la hierba.

-Espérate un poco -gritó el tigre-que voy a ayudarte a salir.

Y, acercándose al charco, devoró al ambicioso, que así le proporcionó una suculenta comida.

La codicia conduce con frecuencia al hombre a grandes desastres.