Un aspecto interesante: se atraen los opuestos y se rechazan los iguales


Tenemos, como hemos visto, dos clases de electricidad, las cuales pueden ser distinguidas por su comportamiento; pero hay algo muy interesante que puede ser comprobado: los cuerpos cargados con electricidad negativa rechazan a aquellos cuerpos que poseen esta misma electricidad y, en cambio, atraen a los que están cargados con electricidad positiva. Lo mismo sucede con los cuerpos cargados positivamente; por lo tanto podemos enunciar una ley: electricidades del mismo nombre se rechazan; electricidades de nombres distintos se atraen. Un medio muy sencillo de comprobarla nos lo brinda el péndulo eléctrico; por ejemplo, si tomamos dos péndulos y cargamos sus bolitas con la misma electricidad, comprobaremos, evidentemente, que ambas se rechazan. Por medio de esta ley es posible también explicar el siguiente hecho: si acercamos un trozo de lacre electrizado por frotamiento a un péndulo eléctrico, veremos que éste atrae a la esferita del péndulo, pero en el mismo momento de ponerse en contacto con el lacre, la esfera toma igual carga que aquél y se aleja bruscamente rechazada. De idéntica manera podríamos dar ejemplos para ilustrar el hecho de que los cuerpos que están cargados con electricidades de distinto nombre se atraen uno hacia el otro. Vamos a citar una nueva aplicación, porque mediante esta ley podemos entender ahora con toda facilidad qué es lo que pasa en el electroscopio: al cargar el aparato con una barra frotada, por ejemplo, de vidrio, la electricidad positiva que adquiere la bolita se corre hasta las hojuelas, y éstas reciben así cargas del mismo nombre. Por lo tanto se rechazan, es decir, se abren lo más posible.