El compuesto de nitrógeno y oxígeno que nos priva de los sentidos


Tomamos, pues, el nitrógeno que nos es necesario, tal como se halla en los compuestos de nuestros alimentos. Ingerimos estos compuestos en las frutas o vegetales, como, por ejemplo, el trigo; pero el trigo y la fruta dependen también, por lo que hemos podido descubrir, de ciertas clases de pequeños microbios que pueden tomar el nitrógeno del mismo aire y servirse de él ilimitadamente.

Sólo difícilmente podemos lograr que el nitrógeno se combine con otros elementos. Bastará, pues, mencionar dos de los compuestos de nitrógeno que hasta hoy se han podido obtener: uno es un compuesto de nitrógeno y oxígeno, y fue descubierto en el siglo xix: se le da el nombre de gas de la risa o hilarante, pues su aspiración provoca una risa inmediata. De él se servían antes los dentistas para adormecer la sensibilidad del paciente. Hoy día se usan varios anestésicos locales distintos.

En general, al aspirar ese gas, se sigue una peculiar excitación nerviosa que produce la risa, por lo que se le ha dado dicho nombre.

El amoniaco es el otro cuerpo compuesto de nitrógeno. Es también un gas, combinado de nitrógeno e hidrógeno; y si comúnmente creemos que el amoniaco es un líquido, sufrimos un error. Lo que nosotros llamamos vulgarmente amoniaco o amoniaco líquido es, en realidad, una solución de amoniaco en agua.

Tanto el compuesto de oxígeno y nitrógeno, u óxido nítrico, como el gas amoniaco son de gran importancia industrial, porque a partir de ellos se preparan el ácido nítrico y otros compuestos nitrogenados que se utilizan en la fabricación de fertilizantes, en la producción de explosivos, en la fabricación de nilón y en la preparación de numerosas drogas medicinales.

Ya sabemos que la atmósfera constituye una fuente” inagotable de nitrógeno, pero como los hombres de ciencia aún no han podido descubrir el secreto de las leguminosas, únicas plantas capaces de fijar el nitrógeno atmosférico, se ven obligados, para fijarlo, a recurrir al empleo de poderosas chispas eléctricas, que hacen saltar en el seno de una mezcla de oxígeno y nitrógeno para obtener óxido nítrico, o bien hacen actuar dicha chispa en una atmósfera de nitrógeno e hidrógeno para obtener amoniaco. Así es, pues, cómo se consiguen tan importantes compuestos: mediante el concurso de una enorme energía.