La muy maravillosa aventura de un aprendiz de encuadernador


Miguel era hijo de un herrero, y tuvo que trabajar durante toda su infancia, siendo un ejemplo de cómo el genio es capaz de surgir en las condiciones más adversas. A los trece años, Miguel Faraday trabajaba de encuadernador.

¡Cuántos poderosos y despreocupados señores que entregaban sus libros a este pequeño insignificante se hubieran asombrado de saber en ese momento el destino a que Miguel era llevado! Porque ese humilde encuadernador, pálido y mal alimentado, iba a realizar investigaciones que habrían de revolucionar en forma notable la ciencia de su época.

La gloria es así: baja a veces a los hogares más humildes para levantar a algunos de sus desconocidos hasta la más alta cima de la fama y de la inmortalidad. Desde chico, Faraday trató de realizar algunas de las experiencias que había visto relatadas en los libros y así llegó a construir una rudimentaria máquina electrostática. Su pasión por aprender era tan grande, que a los diecinueve años se arregló para asistir a las lecciones nocturnas que sobre física daba Tatum, y que él pagó con el dinero que le facilitaba su hermano. En 1812, mientras seguía trabajando en una casa de encuademación, asistió con gran emoción a unas clases de sir Humphry Davy, el más famoso químico de esa época. Pero Faraday ardía en deseos de dedicarse completamente a la Ciencia, pues sentía que allí estaba su destino; entonces su entusiasmo juvenil le inspiró una idea audaz: enviar al famoso Davy los apuntes que había tomado en clase, muestra de entusiasmo y esfuerzo personal; relatarle francamente sus deseos; solicitarle de algún modo su ayuda. Es de imaginar con qué emoción el joven Faraday esperaba la respuesta del famoso sabio. Éste se dio cuenta de que el joven desconocido estaba poseído de una fuerza superior y que quizá llegaría muy lejos. Y así fue como hizo nombrar a Miguel ayudante suyo; este hecho capital en la vida de Faraday ocurrió en 1813. Después, lodo anduvo bien: Faraday comenzó a trabajar y a producir enseguida. Pronto sus investigaciones fueron conocidas en todo el mundo científico. Sus contribuciones a la física y a la química fueron muchas y muy valiosas y lo convirtieron en el físico de mayor importancia del siglo pasado.