Luz invisible, aplicaciones de los rayos infrarrojos


Es muy común oír hablar de los rayos infrarrojos, pues los médicos suelen recomendarlos a ciertos enfermos. También es corriente ver en las clínicas ciertos aparatos que reciben el nombre de aparatos de onda infrarroja o de luz infrarroja. Este tipo de luz o radiación es de la misma naturaleza que las ondas luminosas, aunque resulte verdaderamente invisible para el ojo humano.

Fue descubierta en 1801 por W. Herschel, físico inglés, de una manera muy simple. Este sabio tuvo la idea genial de medir la temperatura que existía a lo largo del espectro del Sol, con el objeto de comprobar la que correspondía a cada color. Así descubrió que, a medida que se acercaba al rojo, el calentamiento aumentaba; pero grande fue su sorpresa al descubrir que más allá del rojo, donde aparentemente no había nada, la temperatura seguía subiendo. Ello le reveló que en esa zona también había radiaciones, invisibles al ojo humano, y que por su posición denominó rayos infrarrojos. Ellos también forman parte, por supuesto, del rayo de luz solar que atraviesa el prisma; al igual que las radiaciones visibles, se refractan al pasar del aire al vidrio, y luego del vidrio al aire, al salir del cuerpo del prisma.

El descubrimiento de Herschel ha sido de gran trascendencia, en especial porque reveló que existen ondas análogas a las luminosas pero en cambio completamente invisibles para el ojo humano.

La Ciencia enseña hoy que el Universo está cruzado en todos sentidos por muchas clases de radiaciones, la mayoría de las cuales son invisibles. Tales ondas se llaman electromagnéticas y poseen diversas aplicaciones y efectos. Son estas ondas las que nos permiten escuchar radio; las que nos calientan durante el día cuando brilla el Sol, y en invierno cuando nos ponemos delante de una estufa eléctrica; las que nos iluminan durante la noche, emanadas de una lámpara de cualquier tipo; las que empleamos para sacar fotografías; las que utiliza el médico en una radioscopia o en una radiografía; y tantas otras destinadas a diferentes usos.

Las ondas infrarrojas son emitidas por los cuerpos calientes; pero como en realidad todos los cuerpos tienen un cierto grado de calor, es fácil concluir que todos los cuerpos sin excepción las emiten.

Una plancha apenas calentada, por ejemplo, es invisible en la oscuridad, porque nuestros ojos no tienen sensibilidad para los rayos infrarrojos. Sin embargo, es posible fotografiarla en plena oscuridad si empleamos en el experimento placas de tipo y sensibilidad especiales.

De modo que, si bien el hombre a simple vista no puede ver un cuerpo en la oscuridad, porque sus ojos no son impresionados por los rayos infrarrojos que aquél emite, ha inventado aparatos que le permiten superar esa dificultad y de esa manera, pues, ver en la oscuridad.