Mirando el mundo con aumento a través de una lente


Ahora estamos en condiciones de comprender por qué una lente nos permite ver los objetos con aumento de tamaño. Efectivamente, para ello bastará que sea convergente, pues así permitirá que en nuestro ojo se forme una imagen más grande sobre la retina, que la que tendría si mirásemos al cuerpo sin ella. Esto es lo que ocurre, pues la lente hace que cada rayo de luz que proviene del objeto llegue al ojo con una dirección distinta a la que su realidad tiene; véase en el dibujo cómo efectivamente tal desvío permite la formación de una imagen mayor. La lente, pues, aprovecha las propiedades de nuestro ojo, al permitirnos ver con aumento. Se la denomina también, por sus características, con el nombre de microscopio simple.

Cuando se requieren aumentos muy grandes se utiliza el microscopio compuesto, cuyo mecanismo óptico es muy sencillo. Está constituido por dos sistemas de lentes: el objetivo y el ocular. El objetivo se encarga de producir una imagen del objeto que se quiere ver ampliado. Esta imagen es ya de mayor tamaño que el objeto mismo. Se observa entonces dicha imagen con el ocular, el cual vuelve a dar una nueva imagen ampliada, que es ahora observada por el ojo. Hay, pues, dos aumentos sucesivos, de ahí que el aumento total pueda resultar elevado.

El mecanismo del microscopio es simple, pero su utilidad ha sido extraordinaria, tanto en la Medicina como en la Química y en la Industria. Hoy la Ciencia cuenta con un microscopio muy superior: el microscopio electrónico, en el cual las lentes ya no son de vidrio, sino que las reemplazan campos magnéticos. Por otra parte, en lugar de rayos de luz utiliza rayos de electrones. Se ha llegado a un nuevo tipo de óptica: la óptica electrónica o electronomicroscopía.