Tres clases nuevas de compuestos orgánicos que derivan de los alcoholes


Si oxidamos un alcohol, es decir, si hacemos actuar oxígeno sobre él, obtenemos una nueva clase de compuestos denominados aldehídos. Los dos aldehídos más sencillos y más comunes son el metanal o formaldehído y el etanal o acetaldehído.

El formaldehído es un gas de olor característico que se utiliza como desinfectante y preservativo; combinado con un alcohol derivado del benceno, denominado fenol, forma la baquelita, uno de los plásticos de más amplio uso. Además, el aldehído fórmico presenta un gran interés científico por ser un compuesto intermedio en la formación del azúcar a partir del anhídrido carbónico del aire y del agua del suelo. Nos referimos, naturalmente, a la maravillosa síntesis clorofiliana realizada por las plantas, sin cuyo concurso no sería posible la vida sobre la Tierra. Las plantas, en efecto, elaboran carbohidratos, como el almidón y el azúcar, a partir de anhídrido carbónico y agua, que son sustancias inorgánicas, y así realizan el paso de materia desde el mundo mineral al orgánico.

De forma análoga a como se obtiene el metanal a partir del alcohol metílico, se prepara el etanal o acetaldehído a partir del etanol.

Otros compuestos orgánicos son las cetonas, que se obtienen igualmente por oxidación de los alcoholes. La cetona (conforme hemos ido indicando, los compuestos químicos tienen además del nombre científico, otro nombre usual y común), es un líquido incoloro que hierve a 56°C y que se emplea como disolvente; su fórmula es CH3-CO-CH3.

La tercera clase de compuestos orgánicos obtenidos a partir de los alcoholes, son los éteres. El más importante es el segundo miembro de la serie, denominado etilo oxietilo, cuya fórmula es CH3-CH2-O-CH2-CH3. Se utiliza como anestésico y es un valioso auxiliar de la cirugía, ya que gran número de operaciones se lleva a cabo mediante el empleo de este compuesto orgánico.