El conocido fenómeno luminoso llamado espejismo


Es muy común observar este fenómeno en los viajes en automóvil, especialmente en días calurosos. Sobre el camino a lo lejos, parece que hubiera agua; en realidad, lo que se ve es el cielo, por reflexión total, pues su imagen se forma en el pavimento gracias a la superficie pulimentada que éste presenta.

Es clásico el espejismo en los desiertos, donde las arenas caldeadas mantienen calientes las capas de aire próximas al suelo. Este fenómeno ha llegado a provocar hasta la locura en exploradores que, perdidos en el desierto, sin agua y abrasados por el intenso calor, creían ver un oasis a la distancia. Llegaban al punto donde suponían que se hallaba y no encontraban más que arena y calor A lo lejos, otro imaginario oasis volvía a engañarlos.

La explicación del espejismo es clara. Recordemos que el aire caliente es menos denso que el aire frío. Cuando por efecto de los rayos solares el suelo se recalienta, las capas de aire que están en contacto con él están más calientes que las superiores y son menos densas que éstas. De manera que los rayos solares que provienen de las capas superiores pasan de capas más densas a capas menos densas. Pero, al hacerlo así, se desvían alejándose de la normal, y esto hace que recorran una trayectoria curva. De esta manera vemos que para ciertos rayos se debe producir el fenómeno de reflexión antes estudiado. Cuando éste ocurre, la imagen del objeto que enviaba los rayos -el cielo, por ejemplo- se forma sobre el suelo. A la distancia, semeja agua. Ésa es la causa del referido engaño.