Los hombres que hablaron a una distancia de más de un kilómetro

El principio de los ecos puede tener otras aplicaciones útiles. Consta que dos exploradores de las regiones árticas consiguieron hablarse mediando entre ellos la distancia de cerca de dos kilómetros, pues la superficie lisa del hielo reflejaba admirablemente y con gran nitidez sus voces.

La famosa galería de los Susurros en el Capitolio de Washington, en Estados Unidos de América, y la sala de los Secretos de El Escorial, en España, vienen a ser, en realidad, otros ejemplos del mismo fenómeno.

El principio de los ecos es importantísimo siempre que se trate de utilizar cualquier instrumento parecido a una trompeta. El uso que hacen los animales de la parte externa de sus orejas, así como el empleo de la trompetilla por los sordos, se funda en dicho principio de la reflexión del sonido.

El sonido es reflejado de un lado a otro de la trompetilla o de la oreja, hasta que llega al lugar donde ha de percibirse. El principio de la reflexión es aplicable cuando se trata de utilizar la trompa no sólo para recoger el sonido, sino para producirlo, como, por ejemplo, en los altavoces que emplean los marinos o los que se usaban antes en los fonógrafos.