De qué elementos se compone el agua, sustancia de vitalísima importancia


No es difícil comprender por qué los hombres consideraron durante mucho tiempo que el agua era un elemento, o sea, que no podía descomponerse en otros más simples. En efecto, el agua actúa con propiedades propias que la distinguen de otras sustancias en cualquier parte en que intervenga, como si realmente fuese un elemento. La razón proviene del hecho de que ella es el resultado, no de una mezcla, sino de una combinación de dos elementos: el oxígeno y el hidrógeno. Vimos anteriormente que esta combinación puede ocurrir fácilmente durante la combustión del hidrógeno. En cambio, una vez que se ha formado el agua, es ya muy difícil separar el hidrógeno del oxígeno. Ocurre así que los seres vivos respiran oxígeno y exhalan anhídrido carbónico y vapor de agua; asimismo, casi todos nuestros combustibles -leña, carbón, gas, aceites, petróleo, etc.- contienen hidrógeno y por lo tanto uno de los residuos de la combustión es el agua; de modo que, por lo que vemos, se verifica en el mundo un proceso en el que parece indudable que la cantidad de agua, en la Tierra, debe ir en aumento año tras año, a expensas del oxigeno.

Por otra parte si el agua no existiera en el mundo, no sólo estaría éste desprovisto de vida sino que, por mil razones más, sería completamente diferente de como lo conocemos actualmente. Si tuviéramos que tratar aquí de todo lo concerniente al agua, nos sería menester explicar casi todo lo que se conoce acerca de la historia de la Tierra y de la vida. Vamos a referirnos, entonces, exclusivamente a la composición del agua.

Si tomamos un puñado de arena podremos observar que está compuesta de una gran cantidad de pequeñísimos granos. Del mismo modo el agua está compuesta de menudísimas partículas denominadas moléculas, las cuales son tan pequeñas que, si pudiésemos imaginar una hilera formada por ellas, se necesitarían muchos millones para cubrir la distancia de un centímetro.

Como deseamos investigar cómo está hecha el agua, veamos con la imaginación una de las moléculas de agua -ya que verlas en la realidad es imposible, a causa de su pequeñez- y tratemos de descubrir de qué elementos o partes está compuesta.

Imaginémonos, pues, tener ante nuestros ojos una molécula. Ahora bien, en cualquier parte que se encuentre, ya sea en el cuerpo humano, como en el aire, en el mar, en el hielo, o en la atmósfera del planeta Marte, una molécula de agua siempre se compone de tres partes unidas fuertemente. Cada una de estas partes recibe el nombre de átomo.