El campo magnético de la corriente eléctrica, los electroimanes


Si bien el experimento es interesante, debemos tratar de comprender la razón del mismo. Los hechos nos demuestran que la corriente eléctrica también puede mover una aguja magnética. Debemos deducir, entonces, que la corriente eléctrica actúa de manera semejante a un imán; en otras palabras, que la corriente eléctrica crea a su alrededor un campo magnético. ¿Qué forma tendrá ese campo cuando la corriente circule por un alambre rectilíneo? Es muy fácil saberlo, basta con utilizar las limaduras de hierro que usamos para visualizar el campo magnético producido por un imán. Para ello tomamos un cartón y hacemos pasar por su centro un alambre de cobre grueso, de manera que sea perpendicular al cartón. Los extremos del alambre se conectan a un conjunto de 5 a 6 pilas, las cuales estarán unidas mediante conexiones, en forma tal, que el polo positivo de una vaya al polo negativo de la otra, como se indica en el dibujo. Sobre el cartón se colocarán bien visibles las limaduras de hierro. Se podrá observar entonces que, cuando circula corriente, las limaduras se disponen en circunferencias concéntricas alrededor del alambre. Así tenemos visualizado el campo magnético producido en forma directa por una corriente eléctrica. Se preguntarán los lectores si se aprovecha el campo magnético de la corriente eléctrica. Sí, efectivamente, las aplicaciones se han ido multiplicando día a día desde el descubrimiento de Oersted, y claro está, cada vez con más ingenio. La aplicación más inmediata fue la de los imanes eléctricos o, dicho correctamente, los electroimanes. Éstos no son más que arrollamientos de alambre en forma de bobina, por donde circula la corriente eléctrica. Estos bobinados se realizan generalmente sobre núcleos de hierro dulce, el cual al imanarse permite que el campo magnético creado por la corriente sea más poderoso. Los electroimanes desempeñan una misión tan importante en la industria, que sin el valioso aporte de ellos ésta no podría subsistir.