COMO SE BOMBARDEAN LOS ÁTOMOS


Si alguna vez hemos presenciado el hermoso espectáculo que proporciona la caída del agua de una catarata, habremos sentido la magnífica impresión que nos causa el choque de las aguas. En nuestro espíritu resuena imponente el efecto del brusco desnivel, como si estuviéramos en presencia de un fenómeno sobrenatural. El hombre, que no teme a la Naturaleza, ha tratado en todos los tiempos de hacer útiles las fuerzas que ella libera, a veces violentamente. Y así corno sentimos admiración cuando ello ocurre con las aguas de una catarata, nuestro espíritu enmudece cuando las fuerzas desatadas son eléctricas. En efecto, si desde una nube tormentosa se descarga un violento rayo, queda vibrando en el ambiente la sensación de que algo peligroso ha ocurrido. Y el rayo es una fulminante catarata eléctrica de las nubes a la Tierra. En una catarata, el efecto de las aguas será tanto mayor cuanto mayor sea la diferencia de nivel o altura de las aguas. Pero en el caso del rayo, no es la altura de la nube lo que interesa, sino la diferencia de potencial o nivel eléctrico que existe entre la nube y el suelo. Es esa diferencia de potencial la que, cuando alcanza valores muy elevados, da lugar a que se origine esa larga chispa que conocemos con el nombre de rayo.

La diferencia de nivel de una catarata podemos medirla y expresarla en metros, que es la unidad de longitud. Para indicar la diferencia de potencial que existe entre dos cuerpos cargados eléctricamente, también se usa una unidad de medida, que es el voltio. Entre una nube tormentosa y la tierra suelen existir diferencias de potencial del orden de los billones de voltios. Cuando se produce el rayo, se origina un verdadero alud de cargas eléctricas que se desplazan a velocidades extraordinarias.