La extraordinaria influencia de Holbein y Van Dyck


Poco es lo que ha quedado de la pintura inglesa antes de la llegada a Inglaterra del alemán Holbein y del flamenco Van Dyck. El famoso retrato de Margaret Beaufort, de autor anónimo, es exponente valioso de esos primeros tiempos así como el célebre cuadro de Ricardo II y los santos, que se conserva en Wilton House, cerca de Londres.

Holbein llegó a Londres en 1526, y diez años después era designado pintor de la corte; desde allí realizó una intensa labor dando a conocer la técnica de la escuela alemana a la cual pertenecía. Las generaciones de pintores que se sucedieron entre su muerte, ocurrida en Londres en 1543, y la llegada de Van Dyck a dicha ciudad fueron pobres y de pocos méritos, sobresaliendo entre ellos Jorge Gower, pintor privado de la reina Isabel; Cornelio Johnson y un sobrino del gran filósofo Francisco Bacon, de nombre Natalio.

Cuando Van Dyck fue incorporado a la corte hizo conocer un tipo de pintura muy distinta a la de Holbein; los ingleses se sintieron fuertemente atraídos por ella y Carlos I quiso que fuera su pintor oficial, como se dijo con anterioridad.

De entre los autores ingleses que sufrieron la influencia del pintor flamenco sobresale Pedro Lely, pintor de Carlos II, cuyas telas reflejan las características artificiosas de la Restauración. No se lo considera un gran artista porque le faltó vigor, aunque siempre conservó cierta dote narrativa que lo hace interesante desde el punto de vista histórico.