La influencia helénica se extiende por el oriente


La influencia helénica se manifestó sobre todo en la escultura, después de las campañas de Alejandro Magno. La escultura se inicia con el budismo; los hindúes, que hasta entonces habían sido refractarios a las representaciones de la divinidad, se iniciaron en la imaginería búdica después del establecimiento de los príncipes griegos en su país.

Tal resurgimiento de la escultura, que acaeció en el siglo I a. de C, adquirió nuevo impulso en el II de nuestra era. Kanishka, de la región de Ghandara, alentó ese impulso que adoptó abiertamente el antropomorfismo religioso helénico, y gracias a ello dio origen a nuevas escuelas, como la de Mathura, en el Ganges, y la de Amaravati.

La escuela de Mathura conservó en cierto modo la tradición y la pureza hindúes; sus obras, hechas en piedra rojiza, se distinguen por un marcado naturalismo. La de Amaravati, en cambio, estilizando sus líneas, ganó en belleza espiritual lo que perdió en realismo. Esta escuela dio los exponentes más hermosos de la escultura hindú; en ellos se fundieron las corrientes primitivas para dar paso a una nueva concepción plástica que llega hasta nuestros días.