Sus escuelas principales fueron las de Pérgamo, Rodas y Alejandría


En esta última etapa de la evolución de la escultura griega podemos señalar tres centros principales: Asia Menor, las islas del mar Egeo y Egipto, con las escuelas de Pérgamo, Rodas y Alejandría, respectivamente. En las primeras predominó el estilo patético de Escopas; en la última, la gracia y finura de la escuela ática.

El centro principal de Asia Menor fue Pérgamo, donde los escultores se inspiraron tanto en la mitología como en las victorias de sus soberanos. Entre la producción de esta escuela se destaca el llamado Altar de Pérgamo, que se levanta sobre un gran zócalo recubierto con relieves que reproducen la gigantomaquia o lucha de los gigantes contra los dioses.

En el archipiélago del Egeo sobresalió la escuela con sede en la isla de Rodas, que para reproducir fielmente el pensamiento de sus escultores exageró el horror causado por el dolor, en expresiones que reflejan una terrible angustia. El grupo más famoso de esta escuela es el que conocemos con el nombre de Laoconte, obra de tres escultores: Agesandro, Polidoro y Atenodoro. Representa una escena de la mitología troyana, en la que un sacerdote, Laocoonte, quiso desafiar a los dioses, quienes para vengarse enviaron dos enormes serpientes para que le devoraran a sus dos hijos. El grupo representa la lucha del padre desesperado, que trata de salvar a los adolescentes de los monstruos que se enroscan en sus cuerpos. El original se halló en 1957, pero la obra conocióse desde mucho antes por sus calcos, uno de los cuales está en el Museo del Vaticano.

Se trata de una de las esculturas más discutidas y comentadas por críticos, filósofos y artistas, que han querido explicar esa maravillosa interpretación del momento dramático de una muerte horrible. Al mismo estilo a que nos referimos pertenece el Toro Farnesio, otra de las maravillas de Rodas, conservado en el Museo de Nápoles..

Igual influencia refleja asimismo el enorme friso del altar dedicado a Zeus, en Pérgamo, donde se puede ver a Atenea matando a un joven gigante. Gran parte de este friso fue llevado al Museo de Berlín. Constituye un. magnífico documento para estudiar la última etapa de la evolución de la estatuaria griega.

Al mismo período pertenece el llamado Apolo de Belvedere, expuesto en el Museo del Vaticano.

Cuando en Occidente surgió el Imperio Romano, la escultura griega entró en otra fase, que la historia del arte llama período grecorromano.