Arte escultórico de la edad de piedra: del relieve a la escultura


Para destacar el relieve o desvanecer las tonalidades, hacían raspados y rayados profundos a manera de verdaderos huecograbados, que han sido considerados como los reales precursores de la escultura en relieve.

Los científicos y los estudiosos han asignado a tales pinturas una antigüedad que oscila entre los 25.000 y los 30.000 años antes de Cristo.

Casi simultáneamente con la pintura, el hombre primitivo se dedicó a la escultura. En sus orígenes debió de confundirse ésta con aquélla, como lo demuestran ciertos dibujos de animales diseñados sobre rugosidades naturales de la roca. Luego, tal vez el hombre quiso dar mayor realce a esos relieves que le sirvieron de guía, socavando la piedra con un buril de sílex para corregir los contornos naturales hasta lograr la forma deseada.

Entre las piezas que se han encontrado, algunas son simples relieves como los ya recordados; pero otras, en cambio, constituyen una verdadera escultura de bulto, es decir, estatuas con figuras de hombres y animales.

En la realización de esta escultura primitiva se usaron la piedra y el barro primero, y luego se recurrió al hueso y el cuerno.

El tema preferido fue la mujer, que responde a un ideal de belleza muy distinto del actual. La serie más difundida es la que corresponde a la concepción de la llamada Venus auriñaciense, una mujer baja y gruesa, con peinado geométrico y facciones poco detalladas. Pero junto a este tipo de escultura “realista” se han encontrado también otras piezas en las que el artista parece haber idealizado su intento mediante figuras estilizadas.