LA INNOVACIÓN DE WALLACK


En el siglo XVIII la indumentaria teatral era rígidamente convencional. En 1810, el famoso actor británico James Wallack, hacía el papel de Tressel en la versión de Cibbers de Ricardo III. Tressel es el mensajero que lleva a Enrique VI la noticia de la muerte de su hijo en la batalla de Tewksbury. Wallack entró en escena con la capa mojada, una bota destrozada, la espada rota y el rostro cubierto de sangre. El empresario, indignado, le enrostró su acción sin precedentes, pues debía haber llevado un traje negro con medias de seda y un pañuelo blanco en la mano. El actor se defendió arguyendo que la escena ocurría después de la batalla. El empresario le dijo que en adelante debía atenerse a lo convencional, pero la crítica y el público celebraron tanto la innovación de Wallack que su criterio fue llevado a la práctica en lo sucesivo.


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