El IIII en lugar del IV


Carlos V de Francia, llamado el Sabio, siempre quería tener razón y pretendía saber cosas que ignoraba. En 1370, el relojero Henri de Vick fabricó un reloj para el monarca, y cuando le mostró su obra, el rey la examinó cuidadosamente y vio que el mecanismo era perfecto. Sin embargo, deseoso de encontrar un defecto,; como era su costumbre, se quejó de un error en los números de la esfera, diciendo que en lugar de IV debía escribirse IIII.

-Su Majestad se equivoca -dijóle de Vick.

Carlos le replicó:

-Yo no me equivoco nunca; llévate el reloj y tráelo cuando hayas corregido el error.

Humillado, de Vick hizo el cambio, y el rey, satisfecho, aceptó el reloj. Así comenzó la costumbre del IIII en los relojes. Sin embargo, hoy se hacen esferas de relojes poniendo, indistintamente, IIII, IV ó 4.


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