El hombre que odiaba a Jefferson


Tomás Jefferson, que por su bondad se granjeó el título de Amigo del pueblo, paseaba solo un día, después de haber sido elegido presidente de Estados Unidos de América, cuando encontró a un forastero y trabó conversación con él. El hombre censuró enconadamente al primer mandatario, y Jefferson le preguntó si lo conocía personalmente.

-No, ni deseo conocerlo -replicó el forastero e insistió en que no temía encontrarse con él y repetirle personalmente sus opiniones.

Entonces Jefferson le prometió presentárselo personalmente al día siguiente. Al concurrir a la cita, el individuo quedó pasmado al comprobar que su conocido del día anterior era nada menos que el mismo Jefferson, a quien había criticado.

Durante la entrevista, el presidente agasajó al huésped y se mostró vivaz y afable como siempre, y el forastero llegó a ser uno de sus mejores amigos y partidarios.


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