El caucho


El explorador español Torquemada, a principios del siglo xvi, vio a los nativos mexicanos emplear la savia de un árbol para impermeabilizar sus ropas. En Europa, esta savia -el caucho- sólo despertó curiosidad cuando en el siglo xvii se descubrió que podía borrar trazos de lápiz, y creyéndose que se había descubierto en el Indostán se le dio el nombre de borradura de la India.

Poco después se intentó impermeabilizar el calzado y la ropa, pero con el calor el material se derretía. Desde 1830 hasta 1836 se establecieron varias compañías para explotar el producto, pero sin éxito, porque no había fórmula adecuada.

En 1834, Charles Goodyear, próspero industrial de Filadelfia, experimentó un quebranto y dedicó su atención a la elaboración del caucho. En 1839, mientras trataba el material con azufre, se le derramó sobre la hornalla y obtuvo el caucho vulcanizado. Desde entonces el caucho ha sido una de las más importantes industrias mundiales y con él se fabrican los más variados artículos de uso corriente en las industrias y en el hogar.


Pagina anterior: Pulgares para abajo
Pagina siguiente: El empapelado