GRANDES HOMBRES DE ORIGEN HUMILDE


Desde los tiempos más remotos hasta el presente, innumerables hombres nacidos en la pobreza han logrado, con esfuerzo perseverante, trabajo y dedicación, ocupar puestos eminentes en la sociedad. Con talento, constancia y voluntad, sin otro estímulo que su deseo de triunfar, legaron un nombre ilustre a sus semejantes y a la posteridad, y se convirtieron en ejemplo vivo e imperecedero de la juventud. Ellos entendieron que el trabajo es el centinela de la virtud y el factor más importante del triunfo, y que el ocio y la pereza tronchan las más caras esperanzas e ilusiones de los hombres, y terminan por cansar más que la labor y la creación verdadera.

Esopo, el célebre fabulista, ¿qué era? Además de sufrir una deformación física que hubiera deprimido a quien no poseyera como él, una voluntad férrea, era un mísero esclavo. Epicteto, afamado filósofo estoico, también fue esclavo.

Orígenes muy humildes tuvieron grandes genios de los cuales ahora la humanidad se enorgullece: Cervantes y Shakespeare, Colón y Edison.

Diego de Almagro, compañero de Pizarro en el Perú y conquistador de Chile, creció en un orfanato; Sebastián Belalcázar, conquistador español, fue leñador; Lázaro Cárdenas, presidente de México, cajista de imprenta.

Nacieron en la esclavitud Jean Jacques Dessalines, emperador de Haití, y Tomás Louverture, general y libertador del mismo país; Tomás A. Edison, físico e inventor estadounidense, fue vendedor de diarios; los caudillos mexicanos Pancho Villa y Emiliano Zapata fueron peón de campo y labrador, respectivamente; Antonio Maceo, libertador cubano, fue caballerizo; pastor llanero y caporal de hato fue el general y presidente de Venezuela José A. Páez; Francisco Pizarro, conquistador del Perú, fue porquerizo, y Domingo F. Sarmiento, presidente de Argentina, mozo de tienda y peón de minas.

Stephenson, el inventor de la máquina de vapor, nació en un miserable tugurio de mineros; su padre era jornalero y estaba al cuidado del ascensor que subía el mineral. Stephenson empezó limpiando el carbón de piedra, después le confiaron la conducción de uno de los caballos del mecanismo.

Watt, para subsistir mientras iba meditando sus extraordinarios inventos, tenía que fabricar flautas, órganos y brújulas. Herschel, el astrónomo insigne, se ganaba la vida como músico de orquesta; durante los descansos salía de la sala de baile y observaba los astros con unos gemelos; posteriormente descubrió Urano y se hizo célebre en el mundo científico.

Los padres de Benjamín Franklin tenían una jabonería en Boston, donde el famoso sabio trabajó siendo niño; luego fue cajista y tipógrafo y adquirió celebridad por sus condiciones de insigne estudioso y trabajador constante. Franklin fue uno de los libertadores y constructores de Estados Unidos de América.

El joven Félix Perelli, hijo de un pastor anónimo, era tan pobre cuando llegó a Roma para abrirse camino, que toda su fortuna le alcanzó apenas para comprarse un par de zapatos. Trabajó como mozo de cuadra, estudió y fue, poco a poco, escalando posiciones y con los años llegó a convertirse, por su vocación y esfuerzo, en el papa Sixto V, y se enorgullecía recordando sus humildes comienzos.

Rembrandt, hijo de molinero, fue siempre muy pobre. El padre de Turner era barbero en Londres. Para costearse sus estudios en Italia, Goya se agregó a una cuadrilla de toreros. Canova fue simple cantero; Tintoretto, teñidor de telas; Caravaggio, peón albañil; Giotto, pastor; Haydn, hijo de un humilde carretero...

¿Y en cuanto a los hombres emprendedores y de acción: industriales, negociantes, comerciantes? Noticias de ellos, de su formación y su destino nos da Andrés Carnegie, el conocido millonario estadounidense. Enumera, en una larga lista, los grandes industriales de su país que iniciaron su carrera como simples obreros o comerciantes, sin más capital que su inteligencia, su ambición y su contracción al trabajo: Wanamaker, Clafin, Ford, Field, Rockefeller, Barr, Gould, Selegman, Wilson... Señales alentadoras para los que se inician: ¡el verdadero talento y la diligencia pasan a través de los grandes obstáculos, abriéndose camino hacia el éxito!

Newton y Laplace tuvieron su origen en familias de labradores. Faraday era hijo de un artesano herrero, y en su juventud fue aprendiz de encuadernador. Copérnico era hijo de un panadero polaco; Képler, de un tabernero; Lincoln, de un jornalero...

El general Bernadotte, que llegó a ser rey de Suecia, estaba en Viena