De cómo Nariño se cubrió de gloria en el arte de la guerra


En Bogotá fundó su periódico La Bagatela, y subsiguientemente fue elevado a la primera magistratura de la naciente República. Estando en el ejercicio de la presidencia, se lo acusó de tirano; y para contestar a tales calumnias dejó el mando supremo y, a la cabeza de un ejército improvisado, inició intrépida campaña contra las tropas españolas. Constituido en general, triunfó también en el arte de la guerra, cubriéndose de gloria en los campos de Palacé, Calibió, Tacines y Juanambú. Llegó hasta la propia ciudad de Pasto, encabezando* él mismo allí la jornada; hizo llamar; a la retaguardia que traía la artillería; pero, desobedecida su orden por un oficial, se lo arrastró a la derrota. Otra vez conoció Nariño cárceles, hambre y miserias. Se lo embarcó nuevamente para España, y tras cuatro años de prisión, fue liberado tras el alzamiento de Riego. Volvió a París y a Londres, para aparecer luego en Venezuela. El Libertador, que lo acogió entusiasmado, ,lo nombró senador por Cundinamarca. Se impugnó la legalidad de su mandato en el Senado de 1823, pero su defensa, célebre pieza oratoria, fue una rotunda y estruendosa victoria, tras la. cual se retiró a descansar a la Villa de Leiva y allí entregó su alma a Dios el 13 de diciembre de ese mismo año.