Chile es un encanto constante para los ojos del turista


Esta somera descripción geográfica puede darnos la razón del indudable atractivo que ejerce Chile entre las personas que gustan de las bellezas naturales. La mayor afluencia de turistas acude durante los meses del verano, en busca de las incomparables playas, tan cercanas a la ciudad capital, Santiago, y que se extienden como una guirnalda al Sur y al Norte de la ciudad de Valparaíso.

En esa zona de Chile se conjuga el placer de la vida de playa con las distracciones que ofrecen los numerosos lugares de diversión, y la posibilidad de cambiar, luego de recorrer pocos kilómetros, de paisaje. Así es en verdad, pues los valles andinos de la zona son famosos por lo colorido de su vegetación, salpicada de cuando en cuando por la mancha blanca de una antigua casona centenaria. A veces, cerca de la roca viva, sorprende al turista el chorro cristalino de una vertiente. En las cercanías de Santiago existen algunas piscinas que aprovechan esas aguas.

La riqueza y los colores del marco natural pueden ayudar a explicar el carácter abierto y jovial que caracteriza a los chilenos,

La simpatía y la hospitalidad del pueblo chileno, unidas a una hidalguía de maneras, resabio de la época e la dominación española, contribuyen a hacer más agradable la estada en este tan encantador país andino. No es raro poder asistir, en las ciudades pequeñas del interior o en los lugares de diversión de Santiago, Valparaíso y Viña del Mar, al alegre espectáculo de la cueca, el baile nacional chileno, en que el ritmo movido se repite en los giros y en el zapateo de los bailarines.