La historia de la isla de Pascua en los últimos tiempos


La isla de Pascua, como ya hemos indicado, pertenece a la República de Chile, que tomó formalmente posesión de ella en 1888. Por ley de 29 de enero de 1917 se la colocó bajo la dependencia de la dirección del Territorio Marítimo de Valparaíso y se la sometió a las autoridades, leyes y reglamentos militares. Un capitán de puerto, generalmente del personal civil de la Armada, ejerce las funciones de gobernador civil y jefe militar y naval de la isla; sobre él recae la representación de Chile sobre esta lejana colonia del Pacífico sur. Pascua tiene también un telegrafista, un maestro primario, un misionero católico y dos o tres practicantes de medicina. Junto a ellos vive la población nativa que asciende a unos seiscientos habitantes.

El paspuense es esencialmente sociable: viven todos reunidos, conversando; con entusiasmo y febril locuacidad. Son muy aficionados a las fiestas; tienen una rica fantasía y una memoria privilegiada. Sumamente hábiles, fabrican con los pocos elementos de que disponen todo lo que necesitan para la vida. Son buenos jinetes y eximios nadadores y pescadores; aunque parezca mentira, parecen adivinar la presencia de los peces y divisarlos desde la playa; de repente, en medio de una excursión, se bajan del caballo, se lanzan al mar con la red, el anzuelo o el arpón y vuelven al poco tiempo cargados con la rica presa que han divisado.

La firma Williamson Balfour tiene hoy en la isla ovejas de raza merino-australiana; después de muchos ensayos se ha obtenido, para su alimento, un pasto importado que ha contribuido a que la lana de la isla de Pascua se considere entre las más finas y de mejor calidad en el mundo.

Éstos son algunos de los encantos de esta isla perdida en la inmensidad del océano, tan llena de atractivos para los Sabios y los etnógrafos.