El Paraguay en nuestros días: la guerra por el Chaco boreal


Las continuas revueltas, motines, conatos y sublevaciones han entorpecido durante muchos decenios la vida institucional paraguaya. Hacia 1912 se inició una etapa de paz y prosperidad, con los gobiernos de los presidentes Eduardo Schaerer, Manuel Franco y Eligió Ayala, situación que interrumpió, durante la presidencia de don Eusebio Ayala, el estallido de la guerra por la posesión del Chaco boreal, viejo litigio que la república mantenía con la de Bolivia, y que entonces hizo crisis. La guerra se mantuvo por espacio de tres años, hasta el armisticio de junio de 1935, sin que hasta entonces pudieran evitar el derramamiento de sangre los esfuerzos de la Argentina y de la Liga de las Naciones, así como de otros países americanos. Finalmente, después del armisticio, firmóse el tratado de paz de 1938, por el que la soberanía paraguaya era reconocida sobre más de las tres cuartas partes del territorio tan cruentamente disputado.

Las operaciones de guerra, netamente favorables al Paraguay, fueron conducidas por un prestigioso soldado, el mariscal Félix Estigarribia, elegido presidente de la república en 1939, quien falleció al año siguiente en un accidente de aviación. Con carácter provisional ocupó entonces el gobierno el general Higinio Morínigo, elegido presidente constitucional en 1943. Durante su administración, resistida por algunos sectores, ocurrieron disturbios y sublevaciones que acarrearon finalmente, en 1948, su dimisión. El doctor Juan Manuel Frutos se hizo cargo de la presidencia provisional hasta la asunción del doctor Juan Natalicio González, elegido en el mismo año. Empero, poco después, en enero de 1949, fue depuesto por el general Raimundo Rolón, quien a su vez fue derrocado en el siguiente mes por el doctor Felipe Molas López. Elegido presidente constitucional este último, debió resignar el poder en manos del presidente de la Cámara de Representantes, doctor Federico Chávez, quien después resultó elegido presidente constitucional, conforme a la Carta de 1950. Forzado a renunciar, en 1954, lo reemplazó transitoriamente el doctor Tomás Romero Pereira, hasta que en ese mismo año asumió la primera magistratura el general Alfredo Stroessner, primero como provisional, y luego constitucionalmente elegido. Durante su gobierno, los trofeos de la guerra de la Triple Alianza que conservaba la Argentina, fueron reintegrados al Paraguay en medio del júbilo de ambos pueblos hermanos.