Tula, capital del estado tolteca, la ciudad de los hombres-pájaros


Hasta hace pocos años, la ciudad de Tula no había ocupado el sitio que le corresponde en la historia de las grandes culturas precolombinas. Debido a que las tradiciones toltecas no especificaban el lugar donde estuvo emplazada Tula, o Tollán, cuyo nombre significa lugar donde hay tule, se la confundió con Teotihuacán; sólo muy recientemente los arqueólogos han logrado establecer con certeza que fueron dos ciudades distintas y que no florecieron al mismo tiempo: Tula fue posterior a Teotihuacán, y vivió su apogeo en plena época histórica, cuando ésta había entrado ya en su fase de declinación.

Dos elementos se conjugaron para dar nacimiento a la cultura tolteca. Por una parte, el pueblo chichimeca de origen nahua, procedente de las regiones septentrionales; y por otra, la influencia de las altas culturas indígenas. El lugar donde los chichimecas se hicieron toltecas, esto es, se convirtieron de salvajes en civilizados, fue el territorio que hoy ocupa el estado de Hidalgo. El reino tolteca fue fundado por Ce-Acátl-Topiltzín hacia el año 870 a. de J. C, y pronto alcanzó una extraordinaria pujanza. Ce-Acátl impuso a su pueblo la adoración del dios Quetzacóatl, cuyo nombre adoptó. Cuenta la leyenda que Ce-Acátl-Topiltzín-Quetzalcóatl abandonó a Tula y emigró hacia el país de los mayas, pero antes prometió a su pueblo volver; esta promesa dio origen al mito del retorno de Quetzalcóatl, que tanto habría de favorecer a la expedición de Hernán Cortés.

Tula fue destruida en 1156 por invasores chichimecas; sus antiguos pobladores la abandonaron y huyeron hacia Yucatán.

Entre los monumentos hallados en los campos de ruinas de Tula deben mencionarse la pirámide dedicada a Quetzalcóatl, y los frisos de los hombres-pájaros-serpientes, una de las más características imágenes de la cultura tolteca, que probablemente representen a sacerdotes o a guerreros en traje ceremonial; además, las columnas de serpientes, atlantes y jaguares, que ya hemos visto en otros pueblos de la región, comprueban la estrecha correlación cultural existente entre ellos. La influencia de Tula abarcó una extensa zona, pues hacia el Norte se la ha comprobado en Sinaloa, y en el Sur, en Chichén-Itzá. Constituyeron los toltecas un pueblo trabajador y artista, de magníficos agricultores y artesanos consumados de la piedra, la pluma, el oro, la plata, el cobre y la arcilla.