El acuerdo de San Nicolás de los Arroyos y el dictado de la constitución de 1853


Tras ocupar la residencia de Rosas en San Benito de Palermo, donde instaló su cuartel general, Urquiza invitó a los gobernadores de las provincias a una reunión en la ciudad de San Nicolás; fruto de esas conversaciones fue el “Acuerdo” firmado el 31 de mayo de 1852, en el que se establecía, primordialmente, que había llegado el momento previsto en el pacto federal de 1831 de convocar un Congreso General Constituyente para reglar la organización nacional; además, se designó a Urquiza director provisional de la Confederación.

En Buenos Aires la tensión política hizo crisis al tratarse la ratificación del Acuerdo, y a ello puso fin Urquiza declarando disuelta la Legislatura de ese Estado y asumiendo personalmente su primera magistratura; además, desterró a todos los que manifestaron su oposición.

Pero, vuelto Urquiza a Santa Fe con el objeto de inaugurar las sesiones del Congreso, estalló en Buenos Aires una revolución (11 de septiembre) que convocó nuevamente a la Legislatura disuelta por aquél, y confió el gobierno al presidente de aquella Sala, general Pinto.

Entretanto, el Congreso reunido en Santa Fe sancionaba la Carta Fundamental de la República, y de conformidad con sus disposiciones se realizaron elecciones para integrar el Poder Ejecutivo nacional. El general Urquiza y el doctor Salvador M. del Carril resultaron consagrados como los primeros presidente y vicepresidente, respectivamente, de la Confederación Argentina, cuya capital federal se instaló en la ciudad de Paraná, provincia de Entre Ríos.

El asesinato del gobernador de San Juan, general Nazario Benavídez, llevó a la Confederación a la guerra contra Buenos Aires; Urquiza derrotó en Cepeda al ejército bonaerense, mandado por el general Bartolomé Mitre; pero no llevó sus tropas sobre la capital, pues se aceptó entonces la mediación del general paraguayo Francisco Solano López, y se firmó con el Estado disidente el llamado Pacto de Unión; por él se estableció que una convención revisaría el texto constitucional promulgado, como paso previo a la reincorporación de Buenos Aires. Tiempo después, el país eligió sucesor de Urquiza en la presidencia al doctor Santiago Derqui, acompañado en la vicepresidencia por el general Juan Esteban Pedernera. Derqui promulgó el texto reformado de la Constitución el 1' de octubre de 1860, jurado por Buenos Aires pocos días después.

Empero, el bárbaro asesinato del gobernador José Antonio Virasoro y catorce allegados, y el rechazo de los diputados de Buenos Aires por el Congreso Nacional, por vicios de elección, llevaron nuevamente a la guerra. Los ministros de Gran Bretaña y Francia obtuvieron, en calidad de mediadores, que el presidente Derqui, el general Urquiza y el general Mitre conferenciaran en un buque de guerra británico; se ignora lo que se habló. Poco después, el 17 de septiembre de 1861, se trabó la acción de Pavón, en la cual el retiro de las fuerzas de la Confederación, dispuesto por Urquiza, dio la victoria a las de Mitre. El presidente Derqui se vio obligado a renunciar, pues Urquiza se retiró a su palacio de San José; Mitre quedó dueño de la situación después que su subordinado Venancio Flores derrotó en Cañada de Gómez a las reservas del ejército confederado.

El vicepresidente, general Pedernera, declaró disuelto el gobierno nacional hasta que las provincias, reunidas en congreso general, resolvieran sobre el destino común. Mitre lanzó contra los focos de resistencia federales, especialmente sobre Córdoba, fuerzas al mando del general Wenceslao Paunero, tras cuya victoria se uniformó el régimen de gobierno de las provincias, que se avinieron a depositar en el general Mitre las funciones del Ejecutivo racional.