La industria petrolera peruana fue la primera que se estableció en Sudamérica


El Perú fue, efectivamente, como dejamos dicho, el primer país sudamericano que se dedicó a la explotación de las reservas petrolíferas con que ha sido dotado por la Naturaleza. Empero, si bien hasta poco después de la primera década de nuestro siglo ocupaba el primer lugar, por el volumen de su producción, entre sus hermanas las repúblicas sudamericanas, el citado lugar preponderante hubo de ser abandonado ante el tremendo crecimiento de las actividades similares en Venezuela, Colombia y Argentina, principalmente las dos primeras; ese desenvolvimiento no se registró en el Perú, que conservó el mismo volumen de producción, pues no se abrieron nuevos pozos, y fue así desplazado del primer puesto. Mucho se discutió en el país andino la política petrolera, y sobre los remedios que cabía utilizar para activar la producción. Un criterio que muchos peruanos consideraron equivocado, y otros apoyaron calurosamente, cual es el reservar las zonas de yacimientos para la explotación fiscal, sin permitir a compañías extranjeras su actuación, privó hasta hace poco en las esferas gubernativas. Una ley sancionada en 1952 parece haber reactivado la industria petrolera peruana, de acuerdo con un régimen que tiene semejanza con el que la república de Venezuela adoptó hacia 1920, y que ha permitido al país caribe convertirse en el segundo productor y primer exportador de oro negro del mundo.

Según la nueva legislación peruana, el Estado participa como asociado en todas las concesiones de explotación y percibe el 50 % de las utilidades; cada concesión no podrá exceder de 20.000 hectáreas en la región de la costa, y de 50.000 en la selva. Caducarán a los cuarenta años de extendidas las concesiones de la costa, y a los cincuenta las de la selva. Los peritos han calculado que en la primera zona posee el Perú unos 5.000.000 de hectáreas de terrenos petrolíferos, otros 16.000.000 en la Sierra, y más de 70.000.000 en la selva. Facilidades preferenciales son fijadas por la ley para las empresas de capital nacional peruano, y condiciones más liberales al régimen tributario para aquéllas que operen en la desfavorable región de la selva.

De esta manera se ha notado en los últimos años un notable resurgimiento de la industria petrolera del país que fue el precursor, en tal sentido, entre las naciones americanas.