Es muy variado en clima, y fertilísimo el suelo de la república


El territorio ecuatoriano se divide en tres zonas claramente definidas: las tierras bajas del occidente antepuestas a la costa, la sierra o cordillera y las tierras bajas orientales.

Cada una de esas regiones tiene rasgos geológicos, geográficos y económicos propios, y desempeña un papel característico en el desarrollo del país.

Los terrenos que constituyen propiamente la costa presentan alturas de 700 a 800 metros y el aspecto general es de una llanura por la cual corren los ríos que nacen en la cordillera; la región de Guayas es muy rica; el clima de la costa está atemperado por la corriente de Humboldt y por la proximidad del alto murallón de los Andes; el clima del Sur es fresco y seco, al paso que el del Norte es húmedo y caluroso. La vegetación varía según las distintas regiones costaneras; en la cuenca del Guayas se encuentran grandes plantaciones de cacao, la fibra que sirve de materia prima a los sombreros de paja toquilla, el marfil vegetal y muchas y muy valiosas maderas.

La sierra o región interandina es un altiplano que se yergue de Norte a Sur entre la costa y la región oriental; está dividido en numerosas cuencas hidrográficas llamadas “hoyas” en el país, y que ofrecen aspectos muy variados. Es el núcleo geográfico e histórico del país, en donde se levantan las principales ciudades y se agrupa la mayor parte de la población. Una enorme variedad de productos corresponde a la sierra, según los climas.

El oriente o región amazónica constituye la parte selvática del país, inexplotada y casi completamente desconocida; la mayor parte de las tierras están cubiertas de selva inculta en la que viven muchas tribus salvajes, como los jíbaros, reducidores de cabezas; los aucas, záparos, cofanes, etcétera.