Un viaje a través de la República Oriental del Uruguay


Ahora haremos un viaje a través de la República Oriental del Uruguay, en cuyo transcurso iremos conociendo las ciudades más importantes y los paisajes más hermosos de la pequeña república del Plata. Para iniciarlo nos dirigiremos a la estación terminal del Ferrocarril Central del Uruguay, de donde parten las líneas que unen la capital con todo el país.

A poco de partir de Montevideo se entra en el departamento de Canelones, al que pertenecen la localidad de Las Piedras, rica en árboles, viñas y granjas; la ciudad de Canelones, capital del departamento, población totalmente agrícola, y Santa Lucía, que debe su renombre a la belleza de sus alrededores, hermoseados por el río epónimo y los espesos bosques circundantes.

Más adelante se entra en el departamento de Florida, cuyos habitantes se dedican, principalmente, a la ganadería, que es muy próspera. En este departamento, cuya capital es la ciudad de Florida, fue declarada la independencia del país. Después de Florida comienza Durazno, cuya capital, la ciudad del mismo nombre, es una bonita población; en sus proximidades, sobre el río Yi, hay un puente de más de 600 metros, verdadera obra de arte de la ingeniería moderna. El suelo de este departamento es muy fértil; hay en él grandes y riquísimos establecimientos ganaderos. Desde Durazno podemos, en pocas horas, hacer una excursión de ida y vuelta al departamento limítrofe de Flores para visitar su capital, la hermosa villa de Trinidad.

Poco después se llega a Paso de los Toros, sobre el río Negro, cerca del gigantesco embalse, y ya en territorio del departamento de Tacuarembó. En Paso de los Toros se cruzan dos líneas ferroviarias de gran importancia: una sigue hacia el Norte, hasta la frontera con Brasil, donde empalma con la línea férrea de dicho país, en tanto que la otra se dirige hacia el Oeste hasta el río Uruguay. Siguiendo por la que va al Norte cruzamos el departamento de Tacuarembó, a través de campos accidentados y pintorescos como el valle Edén, que encantan al viajero por su vegetación exuberante y sus magníficos paisajes; finalmente, se llega a la capital, la ciudad de Tacuarembó, de 34.000 habitantes.

Desde aquí hasta la frontera riograndense, continúa la región accidentada, plena de colinas y montes que ponen una nota de color en el paisaje del departamento de Rivera, cuya capital, la ciudad del mismo nombre, es un importante emporio comercial y posee grandes criaderos de ganado y explotaciones mineras; está situada en la frontera, frente a la ciudad brasileña de Livramento, de la cual está separada por una calle y una plaza internacional.