Los intentos revolucionarios de José Miguel Carrera


Llegó por entonces a Santiago un joven militar chileno que había peleado en España contra los franceses; por su carácter, su talento y su posición social, iba a tener gran influencia en su patria. Ese joven oficial era el turbulento José Miguel Carrera.

Apenas llegado, Carrera sublevó a la guarnición de Santiago y logró reemplazar la Junta de Gobierno por otra en que dominaban los exaltados. Dos meses después, no satisfecho con la nueva Junta, hizo una segunda revolución, y esta vez conservó el poder en sus propias manos, aunque siempre fue una junta de la que él formaba parte la que ejercía nominalmente el gobierno.

Con la dirección de Carrera el movimiento revolucionario cobró nuevo vigor, y ya muchos hablaban francamente de independencia. Entonces comenzó a publicarse el primer periódico que hubo en Chile, La Aurora, redactado por un sacerdote de acendradas ideas republicanas: Camilo Henríquez.

Carrera se preocupó también de preparar al país para la guerra, temeroso, y con razón, de que los españoles que dominaban en Perú quisieran poner término a la revolución.

Entonces se dictó la primera Constitución de Chile: en ella se reconocía nominalmente la soberanía del rey de España, pero el gobierno quedaba organizado según la forma republicana, es decir que todos los poderes del Estado debían tener su origen únicamente en la voluntad del pueblo.