La invasión de los incas sometió todas las tribusd e Chile, salvo los mapuches


Durante el reinado del inca Túpac Yupanqui, hacia 1460, los ejércitos del Tahuantinsuyo penetraron en Chile y sojuzgaron a las tribus pobladoras. Sólo un enemigo irreductible halló Sinchirunca, el general del Inca: los mapuches. Varios asaltos dieron seguramente los hijos del Sol contra la línea del Maule, donde se habían hecho fuertes los araucanos; empero, al cabo de un cuarto de siglo, no habían avanzado un paso tras aquel límite, que quedó finalmente como el punto extremo, al Sur, de la expansión del imperio del Cuzco.

Los mitimaes establecieron muchos poblados en el norte del país chileno; sus ingenieros trazaron caminos que facilitaron la comunicación con la villa imperial, y erigieron fortalezas, que los naturales llamaron pucarás; los pueblos sometidos debían pagar un tributo en oro, que partía hacia el Cuzco, bien fundido en forma de discos o rodelas, y también en polvo o en pepitas. Los lavaderos, depósitos superficiales de oro, en Andacollo, Marga-Marga y Tiltil fueron explotados con gran intensidad.

Salvo el pago del tributo dorado, la dominación incaica no parece haber pesado insoportablemente sobre los indígenas chilenos del norte del río Maule; antes bien, la construcción de canales de regadío y represas, según la técnica incaica, pudo haber dado a aquellas regiones tan áridas e inhospitalarias, y a sus habitantes, nuevas fuentes de riqueza, especialmente agrícola.