Lucha armada entre el poder legislativo y el ejecutivo. Derrota y suicidio del presidente


La mayoría del Congreso hizo luego un llamamiento al ejército y a la marina para que restablecieran por la fuerza el sistema constitucional.

La escuadra se sublevó entonces contra Balmaceda, obedeciendo al llamado del Congreso, pero el ejército permaneció fiel al presidente. Así comenzó la guerra civil de 1891, que duró ocho meses.

La escuadra sublevada se apoderó primeramente de las provincias del Norte, donde existían los ricos depósitos de salitre. Dueños los revolucionarios de este recurso, pudieron prepararse para atacar a Balmaceda en su capital, y una vez que dispusieron de bastantes armas y soldados, comenzaron la campaña definitiva contra el presidente.

Un ejército de diez mil hombres desembarcó en Quintero, cerca de Valparaíso, y derrotó a las tropas de Balmaceda, primero en Concón y pocos días después en Placilla, a las puertas de aquella ciudad, que cayó en poder de los revolucionarios.

Al saber Balmaceda estas noticias, comprendió que le era imposible continuar resistiendo, abdicó el poder en manos del general Baquedano, y se ocultó en la legación de la República Argentina, donde, desesperado por su derrota, se suicidó, disparándose un tiro de revólver, pocos días después.