Las múltiples variedades de la flora natural y de la agricultura


En los campos, en las montañas, en las más elevadas sierras, en la misma costa, entre las acantiladas rocas, en todas partes, en fin, se ostenta una vigorosa vegetación, en casi constante primavera.

La flora de Brasil se considera como una de las más espléndidas del mundo por la abundancia y variedad de interesantes especies. Además de las indígenas, se han aclimatado muchas plantas exóticas.

En maderas de construcción hay extraordinaria riqueza.

Las plantas textiles, algunas de origen extranjero, son muy variadas y útiles.

Como oleaginosas se aprovechan numerosas especies indígenas y algunas exóticas.

Hay especies que proporcionan buenas materias colorantes y otras que dan excelentes gomas y resinas.

Figuran entre los productos vegetales aromáticos la vainilla, nuez moscada, clavo, canela, sasafrás, pimienta, anís estrellado y varios más.

No menos rica es la flora en productos alimenticios, y así deben mencionarse la guayaba, la castaña del Maranhao, y frutos tales como el membrillo, el aguacate, el mango, la fruta de conde, el zapote, la lima.

Las bananas, naranjas y ananás son abundantísimos, y se exportan en grandes cantidades.

En Río Grande del Sur se cultiva la viña en gran escala, para hacer vino, y también hay vides en San Pablo, Minas y Río de Janeiro. Además del de la uva, se obtiene vino de las naranjas, del ananás y otros vegetales autóctonos.

Entre los árboles más útiles de Brasil figura especialmente la carandaí, palmera que, sin cultivo, crece en los estados de Ceará, Río Grande del Norte, Piauí y algún otro. Tal vez no haya planta que se aplique a tantos y tan variados usos; sus raíces producen los mismos efectos medicinales que la zarzaparrilla; el tronco se utiliza para construcción, o, en fibras, como filamento; el palmito sirve de alimento y es muy nutritivo, y de él se obtiene además una especie de vino, vinagre, sustancia sacarina y gran, cantidad de. goma parecida al sagú; los frutos se aprovechan para alimentación del ganado; su pulpa, después de tostada y molida, sustituye a veces al café, y también el tronco o las hojas dan una especie de harina, un líquido semejante al del coco, álcali para la fabricación de jabón, los filamentos citados (con los que se tejen esteras, sombreros y cestas) y, por último, cera.

Se han aclimatado en Brasil, y prosperan perfectamente, el café, principal riqueza del país; la quina, el olivo, vides de Europa y de Estados Unidos de América, el tamarindo, el limonero, la camelia, el baobab, el melón, la sandía, more::as, higueras, castaños, el sagú, bambúes y varias especies de palmeras.

Las plantas medicinales de mayor importancia comercial son zarzaparrilla, ipecacuana, copayero y las falsas quinas.

La agricultura es la principal fuente de la riqueza nacional, y a ello se presta, fundamentalmente, la gran fertilidad del suelo.

Los principales cultivos son: café, caña de azúcar, cacao, tabaco, yerba mate, algodón y cereales.

La goma se explota en cantidades muy considerables; pero, en general, no es objeto de cultivo, sino que se aprovechan las inmensas selvas naturales que hay en la vastísima cuenca del Amazonas. Existen, sin embargo, grandes plantíos, y se trata de aumentarlos todo lo posible.

En determinadas zonas se cosecha arroz, mijo, legumbres, uvas, maíz, trigo,. centono, cebada, avena, lino, lúpulo, vainilla, etcétera.

El café, como ya se ha dicho, tiene capital importancia en la agricultura brasileña. El estado de San Pablo es el centro de la producción y exportación de esta semilla.

Otro producto de relativa importancia es la tapioca; la mandioca, de la que procede, se da en casi todos los terrenos de Brasil.