Regiones de majestuosa belleza es el lejano sur argentino: los grandes lagos


Hay algunas comarcas en que la Naturaleza ha reunido las gemas más delicadas de su creación para construir un paisaje fascinante. Una de ellas es la región de los lagos cordilleranos que van desde Neuquén hasta Santa Cruz. De los innumerables parajes de insuperable hermosura de esta larga franja montañosa, el lago Nahuel Huapí es el más conocido. En su orilla sur se levanta la pintoresca población de San Carlos de Bariloche.

El soberano atractivo del paisaje andino de esta comarca reside en la conjunción de los elementos que con sólo presentarse aisladamente llenan de majestad y de belleza a cualquier rincón de la tierra: lagos arrebujados entre montañas nevadas; bosques de árboles centenarios que trepan por las laderas abruptas, hasta darse la mano con las nieves eternas, mientras en el nicho alargado que en la misma pendiente forma un curso de agua, o por los valles interpuestos entre los cerros, se deslizan ríos y torrentes que con mucha frecuencia se precipitan peñas abajo, por cascadas o saltos impresionantes.

Y allá arriba, en el dominio de la eterna blancura y de las temperaturas glaciales, se encuentran las nieves y los hielos cubriendo como una sábana los rellanos mansamente ondulados que separan a las más altas e imponentes cumbres.