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EFECTOS DE LA POLARIZACIÓN Fijándonos en los primeros efectos de la polarización, vemos que sería conveniente que a medida que se va formando la película de oxido de plomo, se disolviese en el líquido dejando al descubierto las superficies verdaderamente activas de peróxido de plomo y plomo puro; pero desgraciadamente esta película queda adherida al electrodo, entorpeciendo las reacciones químicas; y queda adherida a la lámina de plomo, repetimos, porque el óxido de plomo es insoluble en el agua acidulada; pero si en vez de emplear plomo para el electrodo negativo, empleásemos cobre, o zinc o hierro y el baño o líquido del acumulador fuese una disolución salina de uno de estos tres metales, las cosas habrían cambiado totalmente de aspecto y los efectos perniciosos de la polarización habrían desaparecido en gran parte. Porque en efecto, supongamos un acumulador formado precisamente como el que nos ocupa, es decir, como el acumulador D'Arsonval, por dos láminas, una de zinc, otra de plomo y un baño de sulfato de zinc. La corriente primaria o de carga descompone el sulfato de zinc en ácido sulfúrico, que queda en el baño, y óxido de zinc, el cual óxido se descompone a su vez en oxígeno que peroxida el electrodo plomo y zinc metálico que se deposita sobre la lamina del mismo metal. Ahora bien, durante la descarga el peróxido de plomo se desoxida en parte y en cambio se oxida el electrodo negativo formándose óxido de zinc; pero como este óxido es soluble en el baño del acumulador, a medida que se va formando se combina con el ácido sulfúrico libre constituyendo sulfato de zinc. De este modo los efectos de la polarización desaparecen casi por completo, porque ha de advertirse que donde dichos efectos se hacen sentir principalmente es en el polo negativo del acumulador durante la descarga siendo, según opinión de Mr. Tamine, casi nulos en el electrodo positivo.
2014 - Diccionario Enciclopédico Hispano-Americano Siglo XIX. Aviso Legal
