El templo de Diana


La ciudad de Éfeso y su Templo de Diana, causa de sinsabores para san Pablo durante su segundo viaje misionero, fueron, en los antiguos tiempos, famosos y conocidos entre todos los pueblos civilizados. De los comienzos del Templo de la gran Diana de los efesios, como lo llamaban los antiguos, sabemos muy poco, aunque se dice que Creso, el rico rey de Lidia, había donado a los efesios las columnas que se necesitaron para construirlo, así como las vacas hechas de oro que sirvieron para su adorno. El Templo contenía la famosa estatua de Diana, que se aseguraba había caído de los cielos y por dos veces salvado a la ciudad de la destrucción. Los godos destruyeron la ciudad y el Templo en el año 262 de nuestra era. Las excavaciones han demostrado que los templos en aquella época ocupaban 7.432 metros cuadrados de terreno.


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