Partes de la pluma estilográfica. Cómo se la carga


El mango, en cuyo hueco se deposita la tinta, está formado por dos piezas unidas por una rosca o a presión, y que se pueden separar fácilmente para la limpieza o arreglo. La pluma está sujeta a la sección inferior del depósito por una tercera pieza, del mismo material del mango, el pistolín o conducto de alimentación, que conduce la tinta del depósito a los puntos de la pluma. Mientras se escribe, la tinta sale del depósito en virtud de la capilaridad del pistolín y pasa, por éste, a la pluma. Cesa de fluir en el momento en que se interrumpe la escritura. La cuarta pieza. también del mismo material que el mango, es la tapa o capuchón, que protege la pluma contra roces o golpes, e impide que la tinta se seque.

Generalmente el depósito para la tinta, que está dentro del mango, es una pequeña vejiga de caucho, y el mecanismo de carga se reduce a un simple juego de palancas que comprimen dicha vejiga hasta expulsar el aire que contiene; después, al introducir la pluma en la tinta y soltar el mecanismo que comprime la vejiga, la tinta sube sola por obra de la presión del aire exterior, como cuando practicamos el vacío en un tubo y sumergimos su extremo abierto en agua u otro líquido. Otros tipos carecen de dicha vejiga de caucho, y es el mango mismo el recipiente que contiene la tinta. En éstas, la carga se efectúa por medio de un émbolo que al correr dentro del cañón va dejando tras sí un vacío que aspira la tinta.

La capacidad de carga de las plumas estilográficas varía según el modelo y la marca, pero siempre las de buena calidad absorben suficiente tinta como para escribir unas 15 ó 20 mil palabras. Este rendimiento también depende de la tinta, y por ello se fabrican tintas especiales, muy fluidas, y que al secarse no dejan sedimentos que podrían obturar el pistolín.