El horno de pudelar, útil invento que produce el hierro forjado


El horno de pudelar fue inventado por Henry Cort, en 1784. para reducirla fundición de hierro mediante el caldeo con fuego de carbón. El producto de este horno, o hierro forjado, es un metal sumamente fuerte y de gran resistencia, y que puede soldarse con mucha facilidad, por lo cual es muy empleado en la industria.

Ahora bien, si se coloca la fundición procedente de los altos hornos en el hogar de este horno y se enciende luego un fuego de carbón, observaremos que, al paso que aumenta la temperatura, los gases producidos por la combustión se inflaman al elevarse en dirección a la chimenea, calentándose de este modo la fundición acumulada en el hogar. Al cabo de poco rato el hierro empieza a fundirse y la escoria forma pequeños charcos en el fondo del horno. Transcurrida una hora, el operario empieza a agitar la masa fundida con una barra de hierro, manteniendo la temperatura del metal en un punto algo inferior al do fusión. El hierro a esta temperatura se halla en un estado pastoso, y, revolviéndolo sobre sí mismo, se forma con él una bola cuyo peso es de 65 a 90 kilos. Mientras efectúa esta operación, el operario cuida de que la temperatura del metal no se eleve demasiado, pues si así sucediera ya no sería posible arrollarlo en forma de bola. El calor se regula, pues, abriendo o cerrando la tapa de la chimenea. Una vez formada la bola, se la saca del horno y trasládasela rápidamente a las prensas, en donde es sometida a una fuerte compresión que le quita toda la escoria y demás impurezas. Después pasa a las laminadoras, en las que es reducida a las dimensiones que ha de tener definitivamente. Este hierro es el que se conoce con el nombre de hierro forjado, y se vende para fabricar cadenas, parrillas, herraduras, tornillos, pernos y otras cosas parecidas.