De qué manera se obtiene el café: cosecha y selección del grano


La cosecha de los frutos del cafeto debe hacerse, en los países en que madura de manera uniforme, retirando todos los granos que se encuentran en la planta: verdes, en sazón o secos. En las grandes plantaciones se extienden lienzos debajo de los árboles, para recoger los frutos que caen durante la cosecha. Recolectado, el café es enviado a los tanques de lavado, donde, por gravedad, se separan los frutos verdes o maduros, que se hunden, de los secos, que flotan, y que por eso toman la denominación genérica de «boyas». Una vez realizada la selección, se procede al despulpamiento de los frutos, es decir, a la separación de las semillas, efectuada mediante maquinarias muy simples que, al mismo tiempo, seleccionan los granos verdes de los maduros. Los «boyas» deben ser previamente sometidos a un proceso de maceración en tanques especiales. Estas tres clases de semillas dan origen a tres tipos diferentes de calidades.

Apartados los granos, se procede luego a secarlos. Este proceso, que se realiza en playas, generalmente de piso enladrillado, debe efectuarse lentamente para que el grano resulte homogéneo. De las playas, el café pasa a los depósitos, y de éstos a la planta de beneficiado, donde se lo descascara y separa por tamaño y peso, después de lo cual queda listo para la venta. Restan aún dos operaciones finales: la torrefacción y la molienda, que realizan los fraccionadores, antes de pasar al uso doméstico o comercial: a la preparación de la bebida.