El cuidado que debemos tener con los libros


No es necesario ser un bibliófilo para amar a los libros y tratarlos con el cuidado que se dispensa a otros objetos esenciales para la vida cotidiana. Es incomprensible la desidia con que algunas personas tratan a los libros, si tenemos en cuenta las horas de solaz, tranquilidad y bienestar que nos proporcionan, así como el conocimiento que brindan sobre numerosos problemas.

Por eso sus páginas deben ser recorridas con cuidado, no se debe abrirlos demasiado ni doblar las esquinas de las hojas, y en el caso de los libros más expuestos al polvo atmosférico, limpiarlos con frecuencia. Los libros son, a través del tiempo, nuestros mejores amigos y fuente inagotable de conocimientos.