Cómo funciona la línea de montaje de automóviles


Las grandes industrias automovilísticas producen una a una todas las piezas que, relacionadas entre sí, formarán el automóvil. Para esto las fábricas están divididas en secciones diferenciadas de acuerdo con las exigencias de trabajo. Desde cada uno de estos sectores los materiales se transportan en bandas o carriles móviles hasta la línea de montaje.

Para comprender mejor el funcionamiento del proceso de armado convendrá dar una rápida ojeada por los diferentes departamentos de una fábrica. Uno de ellos está destinado a la fundición, donde las piezas que así lo requieren, son moldeadas en hierro u otro metal. De allí, la mayoría de los elementos fundidos es llevada a otra sección, donde grandes tornos, fresadoras, rectificadoras y balancines les dan el acabado final, que luego permitirá su perfecto ajuste durante la operación de montaje.

En otro sector de la planta fabril, gigantescas matrices prensan chapas de acero sobre moldes tipos, y surgen, de un solo y tremendo golpe, puertas, guardabarros, aros de ventanillas, porta-equipajes, etc. Estas piezas, antes del proceso siguiente, destinado al armado de la carrocería, pasan a la sección de pintura; ésta, además de protegerlas contra la intemperie, las embellece y permite que posteriormente el cliente adquiera el automóvil del color que le resulte más agradable o bonito.

Existe también una dependencia destinada a la confección de los materiales de tapicería, que enfundan luego almohadillas de algodón prensado o espuma de goma para formar los asientos y revestimientos interiores de la carrocería.

Otras secciones están dedicadas a la fabricación del chasis; de las ruedas, a las cuales se fijan después las cubiertas neumáticas; de los cristales para las ventanillas y faros; de baterías, cables, bocinas y demás implementos eléctricos; del radiador para refrigerar el agua que circula por el motor a fin de evitar que sus piezas móviles se recalientan; y también de los accesorios de comodidad y belleza propios de un automóvil moderno.

Finalmente, una vez elaborados los elementos constitutivos, comienza el proceso del armado. Entra en funcionamiento, por lo tanto, la famosa línea de montaje, la que, al igual que una extensa red ferroviaria, transportará desde los rincones más apartados los elementos y los irá uniendo hasta constituir la línea principal que llevará el conjunto a la estación terminal: la puerta de la fábrica por donde salen en marcha los automóviles listos para su entrega al usuario.

De esta forma, en los ramales primarios de la línea de montaje se van armando por separado el motor, la caja de velocidades y demás piezas de la transmisión de marcha a las ruedas; el chasis, con sus ejes de rodamiento, frenos y dirección; la carrocería, a la que se le aplican los cristales, faros, asientos y tapizados.

Por último, los extremos de estos ramales primarios de la línea de montaje se reúnen para convertirse en el ramal principal. Allí, las distintas partes ya armadas del automóvil recorren las estaciones finales de la línea, donde se las va uniendo y ajustando entre sí hasta quedar definitivamente formado el vehículo. De este modo, el motor es acoplado en el chasis al sistema de transmisión, y, más adelante, la carrocería es posada cuidadosamente sobre el chasis ya completo, en cuyos correspondientes apoyos calza con precisión, como una llave en su cerradura. Se le coloca el volante y luego todos los accesorios destinados a hacer más placentero y útil el funcionamiento del vehículo.

Ya el fin de la línea de montaje está próximo. Una vez llegado a él, el automóvil estará listo para ser usado, y podrá uno salir de allí conduciéndolo con sólo llenar de gasolina el depósito de combustible, de agua el radiador y de aceite el motor.

A través de todo este largo proceso, un gran número de trabajadores realiza, en cada departamento y a ambos lados de la línea de montaje, una determinada función, con tanta regularidad y rapidez, cual si ellos también fueran parte de la gigantesca maquinaria, como en verdad lo son. Al mismo tiempo, una caravana de inspectores observa y fiscaliza el trabajo de los operarios y el regular funcionamiento de las máquinas: cada fase, cada detalle es inspeccionado en el momento de su ejecución y antes de ajustarse al conjunto, para evitar que la unidad luego pueda ser rechazada con motivo de alguna imperfección pasada por alto en el armado.