El coipo, que construye túneles en las márgenes de los ríos


Otro de los individuos de este extenso grupo y el más parecido al castor, es el coipo, que habita en varios puntos de América meridional. Tiene aproximadamente el mismo tamaño que el castor y vive en los ríos; pero, en vez de construir diques y cabañas, conténtase con abrir un túnel desde la ribera hasta el agua. Sabe nadar admirablemente, sin hacer ruido alguno, lo mismo que el castor; pero no produce al zambullirse ese chasquido especial que deja oír el último, azotando de plano el agua con la cola. La del coipo, en lugar de ser plana como la del castor, es redonda, y larga; y las patas traseras de aquél tienen, como las de éste, unidos los dedos por membranas. La piel del coipo es tan estimada como la del castor y constituye la falsa nutria, muy utilizada en peletería. La hembra es una madre excelente, y cuando desea sacar a sus hijos para que naden, los conduce hasta el agua sobre el lomo, mientras no pueden arrastrarse por sí mismos hasta la orilla.

Después de contemplar al coipo, que posee todo el aspecto del castor, a nadie se le ocurriría imaginar que es un pariente próximo del puerco espín, y sin embargo, así es. El puerco espín no nada; en lugar de la hermosa piel del coipo, tiene el cuerpo cubierto de largas y aguzadas púas; pero esto no obsta para que ambos pertenezcan a un mismo grupo zoológico. En efecto, son roedores, es decir, animales que roen, como el conejo y la rata.