Dónde construyen sus nidos los atrevidos petirrojos


Otro de nuestros principales favoritos es el petirrojo, por su amistad para con el hombre, sus ojos brillantes, su bello pecho y, sobre todo, por los melodiosos gorjeos con que alegra a los moradores de las regiones en que habita, precisamente cuando la mayoría de las aves se encuentran silenciosas y abatidas. Pasa todo el año en la misma comarca, siendo uno de los mejores amigos y compañeros del hombre. Es el único pájaro que sale al encuentro de las personas, como para darles la bienvenida. Si se finge que anda uno ocupado en algo, sobre el césped o al borde del camino, viene enseguida la avecilla, curiosa, a observar lo que se hace, o. lo que es mas probable, a ver si la labor humana desentierra algo que le pueda servir de alimento. Sus nidos son limpios, acicalados, redondos, hechos de hojas, hierbas secas y musgo, hábilmente entrelazados. Pero causa admiración muchas veces el lugar donde los construyen.

Con frecuencia se leen curiosos relatos acerca de los lugares donde fabrican estos pájaros sus nidos; he aquí algunos ejemplos: en una lata de conservas, vacía, colocada en el cobertizo de un huerto; en la campana de una chimenea de cocina; en un tubo del órgano de una iglesia; detrás del reloj de una biblioteca pública; cerca de la fragua de un herrero; en un cesto desechado.