Miles de millones de langostas cogidas en un solo año en la isla de Chipre


Los acrídidos jóvenes, según hemos dicho, siguen siempre una línea recta. Lo que se hizo, por tanto, fue levantar en mitad de su camino grandes barreras de lona, cubriéndolas por encima con hule.

Sabido es que las langostas no pueden trepar por superficies muy lisas. En cuanto llegaron a la barrera, empezaron a encaramarse por la lona; pero al alcanzar el hule, no pudieron franquearlo, y, cayéndose hacia atrás, fueron a parar dentro de unas zanjas abiertas de trecho en trecho, a lo largo de la barrera. Estas zanjas o fosos estaban revestidos con planchas de cinc pulimentado, de manera que una vez caídas en ellas las langostas, no podían ya salir, aun cuando no se lo hubiese impedido el peso de los miles y miles de insectos que se acumulaban por encima de ellas. Se emplearon 450.000 metros de lona y se cavaron 26.000 fosos, lográndose de este modo atrapar 214.000.000.000 de langostas en el primer año, y 56.000.000.000 durante el año siguiente. Los gastos fueron extraordinarios, pero como ello representaba la destrucción de miríadas de langostas, a nadie le pareció caro. Y ese dinero, efectivamente, estuvo bien empleado, pues han desaparecido ahora las langostas en la isla de Chipre; y si no se hubiesen tomado esas medidas, la cantidad de insectos nacidos en la isla hubiera sido bastante para destruir las cosechas de otros países mucho más extensos.